miércoles, 6 de octubre de 2010

EL MASTÍN LEONÉS





Según parece consultando bibliografía sobre mastines, la antigüedad de la Raza no está bien definida. Se cree que las primeras invasiones de los Celtas y después los Fenicios en el curso de sus viajes comerciales fueron los introductores en toda Europa de mastines procedentes de Siria o de la India. De estos perros molosos desciende el Mastín Leonés, tras la lógica adaptación a nuestro país. El asentamiento en otras regiones de España ha dado lugar a las denominaciones propias de esa zona, como es el caso del Mastín Extremeño y el Mastín Manchego.

Conocido ya en la baja Edad Media, su pertenencia y protección está ya estipulada en 1270 cuando se funda el "Honrado Consejo de la Mesta". Desde esta época hasta 1911, fecha de creación de la Real Sociedad Central Canina, la raza ocupa el medio rural únicamente, sin que por este motivo fuese un perro desconocido. Su nobleza y carácter le hacen muy apreciado y llega incluso a la Corte Real donde el universal Velázquez lo plasma, manso y noble, en su cuadro "Las Meninas".

Es un perro de gran alzada, hipermétrico y mediolíneo. Está muy bien proporcionado, es extremadamente potente y musculoso, y su esqueleto es compacto. Sus medidas podrían hacer pensar que es un perro algo torpe o linfático, pero nada más lejos de la realidad. Se caracteriza por su gran cabeza, fuerte y moderadamente larga y por poseer un cráneo ancho y fuerte de perfil subconvexo. Su labio superior debe cubrir el inferior, pero no debe existir flacidez, y sus mucosas deben ser negras. Los dientes en estos canes son blancos, fuertes y sanos con unos colmillos grandes, largos, afilados y cruzados para la presa. Los molares son muy grandes y potentes, mientras que los incisivos son relativamente pequeños y su mordida es en tijera. Sus ojos dicen mucho de él, son pequeños de color avellana y muy expresivos. Y tienen una mirada atenta, noble, simpática e inteligente. Su ladrido es ronco, grave y profundo, de una gran intensidad, percibiéndose a considerable distancia.

El peso de un mastín adulto se aproxima a los ochenta kilos en el macho y unos sesenta en la hembra. El tamaño o altura media, tomando como referencia la distancia de la planta a la cruz (lomo), es de ochenta centímetros en el macho y setenta y cinco en la hembra.

Su pelaje es tupido, grueso, semilargo y liso, repartido por el cuerpo hasta los espacios interdigitales. Se distinguen dos tipos de pelo: uno de cobertura sobre el dorso y otro de protección sobre los costillares y flancos. Más corto en los miembros y más largo en la cola y su color es básicamente blanco con máscara bien definida. Es habitual encontrarle manchas del mismo color de la máscara repartidas por todo su cuerpo. Ahora bien, los que no son deseables son los ejemplares tricolores, ni tampoco los totalmente blancos. Algo muy importante es que el pelo ha de ser cerdoso, no lanoso. Son más apreciados los colores uniformes: amarillos, leonados, rojos y negros, lobatos y cervatos. Asimismo los colores combinados: atigrados, corbatos y píos.

Algunos defectos que suelen presentar y a los que se debe prestar una especial atención son: hocicos puntiagudos o exageradamente romos, cañas y pies débiles, aplomos incorrectos, ausencia de varios premolares o caninos, mordida en pinza, pelo muy ondulado o rizado y carácter desequilibrado en general.

Es un perro muy cariñoso con la gente que conoce. Es noble y manso, aunque no duda en sacar su lado más feroz y su valentía ante los extraños. El mastín se caracteriza por su inteligencia, y lo demuestra con su mirada, siempre atenta a lo que sucede a su alrededor, expectante. Es un animal muy seguro de sí mismo, conocedor de su potencia y de sus límites, y carente de ansiedad o nerviosismo. Nunca retrocede frente a los peligros, y lo mismo le ocurre en su relación con los perros con los que se muestra benévolo a sabiendas de su poderío. En situación extrema muestra su habilidad en la lucha y las pautas de comportamiento adquiridas tras siglos de peleas contra el lobo.

Es un animal de una increíble belleza, pero como consecuencia de su utilización para el cuidado del ganado nunca se le prestó demasiada atención a su aspecto físico. Esta raza ha estado siempre íntimamente ligada a la trashumancia y, en especial, al ganado merino, al cual ha acompañado durante siglos, defendiéndolo del lobo y demás predadores.

FUENTE: Blas Molero Hidalgo






2 comentarios:

  1. me kago en la pu...veo al perro negro y veo a mi perro....es igual,igual,igual

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  2. Excelente raza, en algunos sitios olvidada. Si quieres un perro noble y con gran sentido de defensa hacia su gente, no busques más. Mastín Leones, no m.e.o.

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